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| 7 de Noviembre de 2016, carretera al aeropuerto de Comalapa. Foto de @_RoxanaRuiz |
No es lo mismo que la gente se movilice voluntariamente a defender la reivindicación de sus derechos, a que se movilice por presiones de sus jefes, ni digo de sus patronos, porque en este caso, los patronos de los empleados municipales son los pobladores de cada municipio.
ARENA se ha caracterizado por estar en contra del derecho a la protesta aún cuando fuera pacífica, porque, o afectaba el desarrollo económico del país (hasta le ponían cifras a las pérdidas por hora), o se inventaban cualquier excusa para desacreditar cualquier reivindicación que usara cómo método la protesta. En sus inicios la derecha que fundó ARENA era más impecable, tomaba fotografías de los protestantes y automáticamente se convertían en objetivos político militares de los grupos de exterminio que tenían a su servicio, eso cuando no utilizaban a las fuerzas armadas para atacar directamente a los grupos que protestaban, en muchos casos ocasionando verdaderas masacres a los que de alguna manera cuestionaban o amenazaban sus intereses y su poder.
Las cosas han cambiado. Aquellos dirigentes del FMLN, que antes movilizaban a la gente para reivindicar causas más justas, que tenían una base en la conciencia y en la garantía de derechos, son los que ahora se están aferrando a mantener un poder y un estatus que además de ser contrario a los principios de la lucha revolucionaria -que ahora solo mantienen del diente al labio-, es un poder irreal, ficticio, falso; es un poder cedido por los poderes fácticos, es un poder administrativo del aparato del Gobierno, que provee ciertos beneficios y privilegios personales para unos cuantos, es un poder alejado del pueblo y de la realidad de las mayorías.
El FMLN que está en el Gobierno ha perdido su poder real, se le fue junto con la credibilidad que tenía ante los movimientos sociales, que vieron en el ascenso al poder político, una esperanza de por lo menos hacerle cosquillas a los poderes facticos que aún siguen manteniendo el control de este país. El poder es engañoso y tiene muy afinados sus métodos: Si no logran controlarte a la primera, si sos muy rebelde, te dan tajada, te dejan administrar alguna institución, te dejan hacerte partido político, te dan “cuota” en el poder legislativo… eso sí, siempre controlado, siempre minoría, siempre con el cálculo infalible de un sistema electoral por residuos que jamás permitirá que se ponga en riesgo su poder real, y ni se les ocurra tocar el poder judicial, porque las leyes ya están diseñadas a la medida, ya lo sabes, el que hace la ley, hace la trampa.
El FMLN que está en el gobierno ha perdido su poder, se le fue cuando decidió que era más rentable mantener los privilegios y el status social de una dirigencia, que mantener la alianza con los movimientos sociales que lo acompañaron en la lucha revolucionaria y lo llevaron al poder, aún en este viciado sistema electoral, aún en contra de todo pronóstico y de los apoyos internacionales que se enfilaron hacia la derecha.
El FMLN ha perdido su poder, pero también su decencia, al decidir que la negociación por un pacto fiscal debe hacerse con los que históricamente han estado en contra de las políticas fiscales equitativas y justas, con los que han diseñado el sistema ineficaz y corrupto del funcionamiento del Gobierno.
El FMLN ha perdido su poder real cuando decide abandonar la alianza más importante de sus luchas: La Alianza con El Pueblo.
Es mezquino e hipócrita mantener un discurso “solidario y revolucionario” y no utilizar el poder político para abrir un debate transparente sobre una crisis tan importante, y es ingenuo pensar que se saldrá vencedor en una negociación con el diablo.
De ARENA no es extraño, su razón de ser es proteger los privilegios y los intereses de sus dueños, porque ARENA si tiene dueños, los mismos de siempre, los que han tomado decisiones que han traído al país hasta esta crisis económica y social a la que no se le encuentra salida. Claro, no se puede buscar un resultado diferente haciendo las mismas cosas. Y el Gobierno está haciendo exactamente lo mismo que hacía ARENA cuando gobernaba, y de seguir esa tendencia, pronto el FMLN también tendrá otros dueños, ya no pertenecerá al pueblo y quedará solo cómo un recuerdo de lo que pudo ser, de la revolución que no triunfó, de los sueños que se comió el sistema político corrupto salvadoreño.
¿Es demasiado tarde? Tal vez. Pero si se quiere cambiar el rumbo, nunca es tarde, hace falta regresar a establecer alianzas con el pueblo y dejar de doblegarse ante los poderosos. Hacen falta Nuevas Ideas, la inteligencia y el valor para llevarlas a cabo.
En el punto actual, la crisis es tan profunda que ya se ve representada en el funcionamiento operativo de las instituciones, requiere medidas inmediatas que pasan por consensos políticos ante la urgencia de la situación, pero también requiere de valor para tomar las decisiones que permitan en el mediano plazo superar los desafíos estructurales e institucionales que la coyuntura nos deja al descubierto: La falta de capacidad en la gestión pública, La corrupción, la desigualdad y la pobreza.
El Salvador NO es una finca.
@EdwinRSV
